Oli se marcha a Inglaterra a estudiar una carrera universitaria, por lo que no podrá seguir jugando al rugby en su equipo de siempre en Madrid.
Durante las últimas dos temporadas en las que he tenido el placer de seguirle muy de cerca, ha sido un modelo de deportista, de estudiante y de persona. Un jugador valiente que ha jugado los dos últimos años en una posición que no le correspondía por físico, un valioso compañero dentro y fuera del campo, una persona educada, discreta, modesta, divertida (realmente divertida con ese típico humor inglés), siempre sabiendo estar ................ son algunos calificativos que se le pueden atribuir a Oli.
Todo un ejemplo a seguir de jugador comprometido y excelente estudiante, un espejo en el que se deberían mirar muchos jugadores y padres y que demuestra totalmente que existe la conciliación de estudios y deporte de alta competición, y con buenos resultados.
Le deseo toda la suerte del mundo en esta aventura y, seguro, que llegará muy lejos en la vida.
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